La prosperidad empieza por la inversión
- Hno. Pedro Francisco
- 26 ene 2021
- 1 Min. de lectura

«Acordaos de esto: el que siembra poco, poco cosecha; el que siembra mucho, mucho cosecha. Que cada uno dé según lo que haya decidido en su corazón, y no de mala gana o a la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría. Dios puede concederos con abundancia toda clase de bendiciones, para que, además de tener lo necesario, os sobre para ayudar a toda clase de buenas obras.» 2 CORINTIOS 9:6-8
Hay una ley universal de reciprocidad divina. Tú das; DIOS TE DA A TI. Cuando siembras una semilla, el terreno rinde una cosecha. ESO ES UNA RELACIÓN RECÍPROCA. El terreno te da a ti si tú le das al terreno.
Sin embargo, HAY MUCHA GENTE QUE QUIERE RECIBIR SIN DAR NADA, especialmente cuando se trata de las COSAS DE DIOS.
Ellos saben que la reciprocidad ES FUNDAMENTAL: EL SISTEMA DEL MUNDO. Y, no obstante, SIEMPRE ESPERAN que Dios les envíe algo cuando ellos no han invertido en el REINO DE DIOS.
Si no estás invirtiendo tu tiempo, tu talento, tu dedicación y tu dinero, ¿POR QUÉ ESPERAS RECIBIR ALGO? ¿CÓMO PRETENDES OBTENER ALGUNA COSA CUANDO NO HAS SEMBRADO NINGUNA SEMILLA? ¿CÓMO PUEDES ESPERAR QUE DIOS HONRE TUS DESEOS CUANDO NO LO HONRAS A ÉL?
LA PROSPERIDAD EMPIEZA POR LA INVERSIÓN.
Dios te bendiga grandemente este martes.
Comentarios